Un toque de dorado

Hoy quiero hablarte del color dorado. Probablemente ya sabes que tiene la facultad de transmitir la idea de poder, riqueza y abundancia, pero es un poco más por la suntuosidad que aporta a los ambientes la razón principal por la que se usa en decoración.

Con el transcurrir de los años el dorado ha venido tomando el lugar que le pertenece dentro de los espacios, ese que le da poder, como el rey Midas, de convertir en oro todo lo que toca. Y pues, tiene la capacidad de dejar una estela de elegancia a su paso como ningún otro. Pero ojo, el hecho de que este color metálico aporte dicha sofisticación o refinamiento, no quiere decir que se deba incluir en todos los detalles.

 
 

El dorado es considerado un color atemporal que no entiende de tendencias, por lo que siempre es una opción segura si sabes utilizarlo. En una proporción adecuada combina a la perfección con cualquier otro, aportando ese toque limpio y atrayente a cualquier objeto o entorno que reviste.

Tal es el caso de colores como el beige, marrón, negro o grises con los que armoniza a la perfección. Pasa igual con el rosa viejo; le da un toque más exótico y atrevido a la decoración. En el caso del azul o el verde, el dorado hace que alcancen el equilibrio cromático perfecto cuando se unen.

Si quieres incorporarlo en tu casa u oficina, puedes hacerlo mediante pequeños objetos o accesorios como marcos de cuadros, espejos o fotos, candelabros, el borde de finas vajillas, lámparas, cojines, entre otros.

Recuerda que el equilibrio es esencial en todo. Trata de no exagerar a menos que busques un estilo ecléctico. Combina el dorado con materiales naturales para aportar seriedad y conseguir un acabado más equilibrado que a su vez destaque su aspecto brilloso y desbordante de glamour.


 
 
Maria Gabriela Mendoza